Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor del fuego...
( Simone Seija Paseyro, Uruguaya, 45 años )
Alguien me dijo que no es casual...que desde siempre las elegimos.
Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algun lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan.
Pasan las decadas y al volver a recorrer los rios esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.
Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriendose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de un fuego, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpon donde jugabamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en las casas de las otras.
Las de adolescentes despues de un baile o para preparar un examen o para cerrar una noche de cine. Las de venite el sabado porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar musica y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.
El futuro en un tiempo no existia. Cualquier mayor de 25 años era de una vejez no imaginada...y sin embargo...detras de cada una de nosotras, nuestros ojos.
Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valia la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.
Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos o no...
Creimos morirnos muchas veces y encontramos en algun lugar la fuerza de seguir.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas.
Hicimos el amor y cuando correspondio tambien la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces...los cuerpos dieron cuenta de esas lides pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahi estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos en donde nuestro edificio recien se empezaba a erigir.
Somos mas sabias, mas hermosas, mas completas, mas plenas, mas dulces, mas risueñas y por suerte de alguna manera, mas salvajes.
Y en aquel tiempo tambien lo eramos, solo que no lo sabiamos. Hoy somos todas espejos de las unas y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor del fuego, que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, misterio, tormenta, centellas y armonia. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.
Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto y las que recien se suman al fogon...
EHHH FELIZ DIA DEL AMIGOO!!!
ResponderEliminarLas mujeres, mal les pese a algunos, somos las que de una forma u otra tiramos del carro!!
ResponderEliminarMe ha gustado esta entrada!! ;-))
Besos wapa
http://bum-bum-ropa.blogspot.com/
Feliz dia! nos vemos el sábado! beso!
ResponderEliminarTienes un blog muy interesante, es un placer leerlo.
ResponderEliminarQuizas te guste el mio
www.muytranquilo.blogspot.com
Saludos y cuidate guapa ;)